lunes, 19 de noviembre de 2007

La clase interminable

Abres los ojos. Tienes la vista borrosa. Poco a poco empiezas a distinguir las letras del papel que te servía de almohada. Alzas la vista. Estas sentado, delante del mismo orador, en una aula medio vacía. Supones que te esta echando la bronca, pero tú pasas. El tiempo parece detenido, y ciclicamente va repitiendo una y otra vez el mismo discurso. Siempre igual. Poco a poco van pasando las horas, pero el discurso no cambia. Parece que nunca fuera a terminar, Las palabras se repiten, seguidas de la misma forma, encadenadas como vagones de un mismo tren que no para de pasar una y otra vez por la misma estación.
Alcanzando la desesperación, te levantas. Todos se quedan mirándote. Se abre paso un silencio agudo, oscuro, penetrante. Te abres paso hasta la puerta, la abres y te marchas. Oyes como prosigue el discurso, alto como si el eco de las paredes de hormigón se hubiera puesto de acuerdo para gritártelo al oído una y mil veces. Intentas escapar pero las puertas a fuera del edificio están cerradas. Te diriges al lavabo, te remojas la nuca con gélida agua, y vuelves a la clase. Todos están indiferentes mientras te acercas a tu sitio. El sermón prosigue, aburrido, continuo, inexpugnable. Pasan las horas, y el fin no llega, y cuando parece que esta a punto de terminar, el orador se detiene para coger aliento, y comenzar otra vez de nuevo, la misma función.
Agotado caes en un profundo sueño que te libere de estas cuatro paredes. Los ojos se van cerrando hasta que caes rendido. De repente no sientes nada, el silencio, el vació, desligado de toda atadura.
Un golpe atronador rompe con tu reposo. El sermón del orador vuelve a encadenar a tu cabeza.
Abres los ojos. Tienes la vista borrosa. Poco a poco empiezas a distinguir las letras del papel que te servía de almohada. Alzas la vista. Estas sentado, delante del mismo orador, en una aula medio vacía.

1 comentario:

Julio Soler dijo...

De esas hay muchas... :S xD