El Juez

Poco a poco, van cesando los suspiros de los latidos del corazón. El susurro de los últimos alientos llegan a su fin. Todo esta en calma, todo en un frío silencio. Inexorablemente llega la hora de la muerte, retirando el manto que te cubre de vida.
El silencio. Un silencio tan denso que todo oscurece. El silencio se hace fuerte y grande. Cada vez es más espeso, más pesado, y lo envuelve todo con su densa negrura. Se va condensando en sí mismo hasta alcanzar una profundidad infinita.
El propio espesor de la propia oscuridad, una oscuridad que fatiga con su presencia, que va cobrando forma.
De la oscuridad se crea una sala, y en mitad de la sala estas tú, postrado delante de un colosal juzgado. Solo un juez preside el juzgado. Un Juez oculto en una sombra más oscura que la propia oscuridad.
¿ que oculta?¿ que se esconde bajo esa sombra, de la cual ni la luz puede penetrar?.
Se inclina la sombra ante ti, volcándose como si el cielo se derrumbara. Pasa el tiempo lento, como si se detuviese para observarnos, como la calma que precede a la tempestad. Se rompe el silencio, y el juez pregunta:
¿Quien eres?
¿QUE eres?
Tras romperse el silencio, la oscuridad pierde su fuerza, y se hace menos espesa. La sombra que cubría al juez va desapareciendo, desvelando su rostro. La luz empieza a disipar lo que antes permanecía oculto, lo inunda todo. Por fin se revela el rostro del juez, que no era mas que tu propia cara. Siendo así tu juzgado, por tu propia consciencia.
Finalmente tras desaparecer la oscuridad por completo, tan solo queda la nada.

Eres lo que haces, y eres tú quien deberá aceptarte a ti mismo. Según trates a los demás( lo demás) , así te verás a ti mismo.






Esta
obra está bajo una
licencia de Creative Commons.